Que tiene que ver el cocido con la cultura preventiva

El cocido y la cultura preventiva

La cultura preventiva… ¿¿Existe?? Mas del 90% de las PYMES según las estadísticas y casi el 100% según mi experiencia de 20 años en el sector, consideran la prevención de riesgos como una obligación legal que hay que cumplir, en la línea de pagar los impuestos, dar de alta a los trabajadores en la seguridad social o pedir una licencia de actividad al ayuntamiento, algo con lo que hay que convivir y que un especialista en prevención puede gestionar… de este modo cumpliendo la ley, la empresa evitará multas o sanciones.

Para la mayoría de las empresas la prevención de riesgos es un requisito, un trámite burocrático, papeleo, documentos que hay que tener por si viene un inspector, esa es la realidad… ¡¡Qué oportunidad desperdiciada!!

Pero la prevención de riesgos es más que el simple papeleo. Se puede incorporar al trabajo diario de la empresa y ayudarla a mejorar y a cumplir sus objetivos. Es, en resumen, una oportunidad para hacer las cosas mejor. Para aprovecharla como una herramienta de mejora, es necesario implantar la filosofía de trabajo que lleva asociada, la cultura preventiva.

La cultura preventiva es una actitud que debe impregnar a todo el personal de la empresa, es el interés real de la empresa por el bienestar y la salud de todos los que trabajan en ella, actitud que de forma directa repercutirá en unas mejores condiciones de trabajo y con gran probabilidad, en una mejora de los resultados empresariales. Es la cultura del todos ganan…

Por muy buenos que sean los ingredientes del cocido: garbanzos, morcilla, chorizo, patatas, zanahoria,… si el caldo donde se van a cocer está rancio, lo estropeará todo. Lo mismo puede pasar en la empresa: por mucha tecnología, equipos, procedimientos y normas implantados, si el comportamiento de las personas no es el adecuado, si la cultura de la empresa no es la correcta, todo lo demás servirá para bien poco…

Para disponer de un buen caldo en la empresa  – generar la cultura preventiva – la receta requiere seguir tres pasos de forma consecutiva

  • Empezar por arriba. La dirección es la primera que debe estar totalmente concienciada.
  • Motivar e implicar al resto de personal
  • El procedimiento de mejora: Aprender de los errores

 

La dirección en cultura preventiva

La dirección tiene que creer en el proyecto. Algunas de las excusas más habituales de los directivos para no preocuparse por el asunto, son, que el personal no está concienciado, o que  no hay tiempo para dedicar a esos temas o que la prevención tiene demasiada burocracia. Si la dirección no se implica, mejor plantearse otro proyecto…

El primer problema importante es la falta de concienciación del empresario. Lo más normal en una reunión de producción es preguntar si se ha acabado el pedido, si se han cumplido los estándares de calidad o que hacemos con la máquina que se ha estropeado…, pocas veces se pregunta o se comenta si ha habido algún incidente o si hay alguna cosa que se pueda mejorar… mal vamos…

Por otro lado, el conocimiento de la prevención por parte del empresario en España es deficiente. Los convenios (metal, construcción…) permiten que la formación en cultura preventiva para el empresario se pueda realizar a distancia. Grave error. El curso lo acaba haciendo la secretaria. El empresario no tiene tiempo… Para completar el panorama desolador, tengamos presente que la prevención se ha incorporado hace muy poco a los programas de las escuelas de negocios. Durante muchos años la mayor parte de los ejecutivos que ahora dirigen empresas, han acabado sus licenciaturas y masters sin saber nada de prevención de riesgos.

En mucha PYMES, el empresario todavía sigue pensando que al contratar un servicio de prevención, está contratando una especie de seguro por si tienen un accidente o una denuncia de un trabajador (¡¡¡¡real!!!!)

El buen empresario, si desea implantar la cultura preventiva, debe liderar el proyecto, con compromiso, definiendo responsabilidades, plazos y objetivos, y asignando los recursos necesarios para su desarrollo.  La ley llamaría a este paso la elaboración de un plan de prevención.

Implicar y motivar a los trabajadores y mandos para mejorar la cultura preventiva

Es el segundo paso. La empresa debe realizar acciones concretas orientadas a transmitir esa cultura del trabajo bien hecho. Algunos ejemplos de actuaciones que se pueden realizar en esta fase serian:

  • Formación /información además de la específica del puesto de trabajo, sobre concienciación de las ventajas del trabajo bien hecho.
  • Buzones de sugerencias
  • Introducir temas de PRL en las reuniones de todos los departamentos.
  • Inspecciones de seguridad comentadas a mandos y trabajadores
  • Preguntar al trabajador como puede mejorar su puesto de trabajo.
  • Recompensar buenas ideas o comportamientos seguros

 

Tanto en esta fase como en la anterior es vital que la dirección analice y de respuesta a las sugerencias que vayan apareciendo y cumpla con los compromisos de mejora que se vayan adquiriendo.

La implicación debe conseguirse también en todos los departamentos auxiliares de la empresa. Por ejemplo, sería indicativo de una deficiente implantación, que un departamento de compras adquiriera los equipos de protección que necesita la empresa siguiendo el criterio estrictamente económico del menor coste.

 

Aprender de los errores

Es la última fase. La empresa está concienciada… ahora podemos poner en marcha un sistema de mejora permanente. Para ello es necesario crear uno o varios equipos de trabajo. No hace falta ser una gran empresa, en una pyme un equipo de trabajo puede estar formado por ejemplo, por el empresario, un encargado y un trabajador,..  es mas importante el interés y las ganas que la cantidad.

Con el equipo humano formado, es fácil desarrollar el sistema de trabajo:

  • Incidencias, propuestas de mejora y evaluaciones de riesgos nos permitirán detectar deficiencias en las condiciones de trabajo. Una buena evaluación debe valorar tanto los aspectos materiales (herramientas, equipos…) los ambientales (ruidos, iluminación, ambiente térmico…), y ergonómicos (posturales, cargas…) como los psicosociales. Las posibles mejoras, aunque no supongan la eliminación de deficiencias, también deben considerarse en esta fase.
  • Investigación de las situaciones anómalas, búsqueda de soluciones
  • Planificar las medidas correctoras propuestas: organizar los recursos de la empresa para ver como cuando donde y de qué manera podemos implementar las actuaciones de mejora.
  • Seguimiento de las actuaciones
  • Revisión del estado final y vuelta a empezar.

De hecho, el sistema no es más que una mezcla de conceptos de mejora de la calidad que se utilizan desde hace muchos años en las empresas: círculos de calidad, kaizen, PDCA, la gran diferencia es que previamente tenemos un personal motivado y concienciado.

Es sencillo. Solo hay que tener ganas y tener muy claro que la inversión en tiempo y en dinero que se realice en estos temas generaran retornos en formas de beneficios a la empresa.

Un buen caldo produce un buen cocido…

No Comments

Sorry, the comment form is closed at this time.